Poco a poco, capitulo a capítulo, te irás encariñando de todos y cada uno de sus emotivos personajes, conocerás sus vidas, sus inquietudes y no tendrás más remedio que invadir su privacidad con la loable intención de solucionar sus problemas. A pesar de su sencillo modelado y apariencia estática, resulta impactante acercarte a cualquiera de ellos e interactuar, quitándoles las gafas o el sombrero, por ejemplo. A nivel escenarios, la solidez del motor gráfico de Déraciné te ayudará a sentirte entre las paredes del cálido y a la vez inquietante internado y alrededores, que presentan emplazamientos muy detallados como la cocina, el aula principal, zonas exteriores bañadas por la luz del sol o la torre del reloj, junto a otros menos pormenorizados como los largos pasillos o algunas habitaciones. En poco tiempo habrás ubicado su mapeado completo en la cabeza y te moverás con la libertad necesaria para seguir descubriendo secretos y accediendo a nuevas estancias. Durante la recta final de la obra de From Software, tocará abandonar el acogedor refugio para adentrarte en territorios más hostiles e inciertos… Otra frase oficial: “A medida que se vaya revelando el misterio, viajarás a través del tiempo para cambiar el destino de los estudiantes del internado e impedir el resurgir eterno de un espíritu maligno”.
Pero no nos precipitemos, volvamos al punto en el que visitamos el despacho del director, cuando la dulce historia se va tornando más oscura e inaprensible, cuando las agujas del cronómetro martillean nuestra mente en busca de soluciones a problemas del presente. En ese tramo ya deberías estar rendido a la oferta de From Software, tan fraccionado mentalmente como su argumento, tan sobrecogido y fascinado como Rozsa mirando a través de la ventana en plena tormenta. Sí, gracias a PS VR podemos asomarnos también a esa ventana y observar, con la misma inquietud, la luz roja que mantiene en vela a la chiquilla. Observar a Herman y Lorinc intentando abrir de manera arriesgada el ventanal de la sala de música también quedará en la retina del jugador o presenciar a cierto personaje postrado en su cama, e incluso al mismísimo director. Quien no sea capaz de disfrutar o estremecerse con este tipo de pasajes y/o posibilidades es que no tiene suficiente ángulo de giro en el cuello, o en la mente; es que todavía no ha comprendido lo que ofrece la realidad virtual de Déraciné y del resto de títulos VR, por supuesto. La banda sonora seguirá haciendo de las suyas, colándose irremisiblemente en los cada vez más oscuros pasillos de un internado que parece tener vida, y muerte, propias.
La utilización de ambos anillos, con esos bonitos efectos de partículas, y los viajes en el tiempo, tampoco desvelaré mucho más para que lo experimentéis vosotros mismos, se convertirán en nuestra obsesión a partir de cierto punto de la aventura. Toda modificación en el pasado, repercute en el presente y el futuro, para bien y para mal. Demostrar que existe un hada invisible que puede otorgar vida puede ser un mensaje positivo… y a la vez negativo. Habrá que abandonar el internado, y os aseguro que se vive mejor dentro de él, una vez fuera de la zona de confort de los muchachos los acontecimientos se precipitan. Pero no olvidéis que Déraciné es un cuento de hadas y casi todo es posible, sobre todo gracias a la magia de los dos anillos. Aunque más vale que hayáis comprendido parte de su criptoargumento. Merece la pena que lo sintáis por vuestra cuenta, sin más datos o explicaciones, al puro estilo Hidetaka Miyazaki.