El pasado cinco de octubre tuve el honor de participar en una charla sobre Atari España en AtariMAD. Poco tiempo después mi cabeza viajó 30 años atrás para rememorar sueños, anhelos y aventuras junto a mi querido Atari ST.
Siempre he sido un usuario convencido e incondicional del ZX Spectrum, pero era inevitable echar un ojo alrededor y sentir la magia del resto de los ordenadores de 8 bits. Esta fue mi relación de amor a distancia con la máquina de Commodore.
Allá por 1984 mi gran sueño era conseguir un Spectrum 48K, pero poco imaginaba yo que la entrañable máquina de Sinclair permanecía oculta en un lugar bastante insospechado de mi casa… Se convirtió, sin duda, en el regalo más importante de mi vida.