Difícil pero no imposible
El Action RPG más espectacular, transgresor e innovador por fin ha llegado. Suena rotundo pero es la sentencia que mejor define a Demon’s Souls, un juego de culto que ha maravillado a medio mundo y que ya podemos disfrutar en castellano en PS3. Olvídate de todos los Action RPG que hayas jugado hasta la fecha porque no tiene comparación posible. From Software siempre ha coqueteado, a partes iguales, con la genialidad y la locura, y en esta ocasión no iba a ser menos, aunque cuando determinados factores convergen con la armonía y el tempo necesarios, hablamos de obras maestras como la que nos ocupa. Basta con presenciar la intro, oscura y desalentadora, crear a nuestro personaje o surcar su letal tutorial para darnos cuenta de que hay algo en su interior que no le permite ser normal.
Cuando sucumbir se convierte en arte
El alma cautivadora y oscura de sus creadores aflora a cada instante. El Nexo es la perfecta muestra de ello, y es ante las puertas del Palacio de Boletaria donde el jugador queda abrumado ante la magnífica decadencia de la fortaleza. Te sientes pequeño, perdido, indefenso y con una barra de energía ridícula, justo lo que pretende el juego. Llegan los primeros combates, la primera muerte, vuelta a empezar, más combates, más muertes. Un consejo: ármate de paciencia, cautela, nervios de acero y observa cada rincón del escenario, detrás de cada esquina la muerte acecha. Morir en Demon’s Souls supone comenzar desde el principio del escenario, sin las almas que recogiste y con todos lo enemigos en pie de guerra. Y no busques botón de pausa porque no existe. Quizá un sentimiento de frustración os invada en los primeros instantes de juego, es normal, está estudiado para que sea así, pero es una forma de acostumbrar al jugador al juego y no al revés. Es duro, opresivo, injusto y cruel pero disfrutarás de las victorias y avances como en ningún otro título y te hará saltar de tu asiento para celebrar o para maldecir. Es tan bueno que jugarás y jugarás sin importarte las veces que beses el frío suelo de Boletaria.
Oscuro, difícil, genial, adictivo y competitivo. Una auténtica obra maestra del género.
Si eres paciente, pronto o tarde te enfrentarás al primer demonio del juego, Falange, no es muy complicado de abatir, y es entonces cuando Demon’s Souls de manifestará orgulloso, grandioso, amenazador y desafiante ante ti. Comienza el show, por mucho que hayáis visto o leído, todo se queda corto en comparación a lo que van a presenciar tus sentidos más importantes. Una colección de cinco escenarios principales sobrecogedores, que podrás acometer en el orden que tú decidas, exquisitamente construidos y con una atención al detalle que te obligará a examinar, boquiabierto, con la cámara todo que te rodea; y por supuesto, un bestiario tan perjudicial para la salud como sorprendente y maravillosamente animado que alcanza tintes épicos con cada uno de los demonios y archidemonios finales.
From Software y su obsesiva cárcel sensorial
La sólida maquinaria visual supone un tercio de la grandeza que atesora Demon’s Souls. La segunda porción de bondades la protagoniza el inmersivo y atmosférico universo auditivo que envuelve con mil y un sonidos cada metro cuadrado de sus oscuros enclaves: el pesado caminar de la armadura, armas entrechocando, el crujir de la madera, los gemidos y alaridos del enemigo, las voces de los habitantes del Nexo, los graznidos de unos cuervos, una campanilla tintineante que presagia una muerte fulminante… Una colección de efectos tan poderosos y desasosegantes que tiñen aún más de negro el telón digital que nos separa de la realidad y que relegan la música a un segundo plano. Un ejemplo, surcar el primer nivel de la Torre de Latria con cascos y poca luz a nuestro alrededor no es algo aconsejable para corazones débiles.
El último tercio de magnificencia de Demon’s Souls recae sobre su jugabilidad. No nos cansaremos de repetir que no es un título recomendable para cualquier tipo de usuario, pero sí una experiencia que deberían probar todos los poseedores de PS3 que amen las emociones fuertes. Su intransigente curva de dificultad irá pareciendo cada vez menos pronunciada y sentiréis que vuestro cuerpo, perfectamente orquestado vía DualShock 3, es el que recorre los baldíos territorios de Boletaria y entonces avanzaréis lentos pero con paso firme, defendiendo cada combate como si fuera el último. Subir de nivel, potenciar el variado armamento y equipar una provisión de ítems generosa os permitirán evolucionar con garantías y dejar atrás parajes sombríos, eliminar demonios y afrontar lo desconocido hasta llegar al ansiado final, dos diferentes, a elección del jugador. Instantes después querrás completarlo de nuevo para presenciar el otro epílogo… Porque dicen las malas lenguas que la segunda vez es cuando realmente se disfruta de toda la magia negra del nuevo mito de From Software.
Amor a primera muerte
Un consejo, os recomiendo jugar siempre online, únicamente de esta manera percibiréis las dimensiones reales que hacen de la obra de From Software una experiencia única e irrepetible. Amarás a Demon’s Souls sobre todas las cosas, por encima incluso de tu propia vida, esa que pierdes una y otra vez en pos de un objetivo situado más allá de la fina y delgada línea que separa el éxito del fracaso. Nos vemos en Boletaria, hace tiempo que mi alma quedó atrapada en las acogedoras ruinas vectoriales de un universo oscuro, grandioso y competitivo del que me resulta imposible escapar…